Mira tu por donde... unos aires caldeados.

Decimonovena entrada.

                  Amigos. Ese apoyo incondicional que sobrepasa a cualquier otra adversidad, esa mano que se extiende en tu ayuda cuando más la necesitas, ese hombro en el que llorar cuando no puedes evitar derrumbarte ante los malos tragos de la vida. Se conforman a lo largo de la vida, y menguan o aumentan según el periodo y las circunstancias. Se sienten y se experimentan también según ese periodo y según esas circunstancias y son estas las que, curiosamente acaban reformando la visión que se genera ante ellos. Dependen de su forma de ser, y por supuesto de la tuya propia y son estos los factores que te hacen más o menos cercanos a ellos, más o menos receptivos, más o menos de tu íntegra confianza.

              Existen los amigos conocidos, amigos por que sí, amigos de la infancia, amigos de la universidad, amigos de fiesta, amigos de confianza, amigos íntimos, amigos de internet, amigos de vista... El punto principal de la discordia se encuentra en saber diferenciarlos y en general, tratarlos sobre una actitud amistosa equitativa, pues cada uno se merece algo de ti, algo que puedas ofrecerle equivalente a lo que ellos mismos puedan devolverte.

                    Pese a las diferencias, cada uno te intenta otorgar lo que ellos sienten que deben ofrecerte. Y es por ello que de nada sirve fustigar tu persona con despechos sino que conviene pasar a un estado de meninfotismo controlado y responder ante los hechos objetivos y fehacientes que se proceden en cada una de las circunstancias que se preceden sobre la actividad lícita de y con cada uno de ellos.

                      Son esos, los que separamos de entre todo ese aglomerado de amistosidad, los que seleccionamos con los ojos vendados, sin premeditación, de manera auténticamente subjetiva dentro de la objetividad, los que acaban estando ahí, frente a todas las causas, perdidas, ganadas y por ganar. Y es por ellos por los que se debe adoptar esta visión de la vida fraternal. Porque son ellos los que no te van a abandonar. Porque mira tú por donde... son amigos de verdad.