Mira tú por donde... quiero más!

Vigésimoquinta entrada.

                        Y es que es como una droga. Mira tú por donde... ¡quiero más! ¡y lo quiero YA!

Mira tú por donde... estoy en una nube.

Vigesimocuarta entrada.

              Y entonces llegaste tú, como caído del cielo, con esa carita de ángel y esa misteriosa mirada. Así que mira tú por donde, nos vemos en Valencia.

Mira tú por donde... la echo de menos.

Vigesimotercera entrada.

Dicen que la vieron paseando por la Alhambra

y que en la ría de Huelva se lavó la cara.

Luego, que si en la Giralda, la oyeron cantando camino a Jaén.

Y una malagueña le contó que la buscaba,

y a una cordobesa confundí con su mirada.

En Cádiz supe que yo la quería,

en Almería yo la hice mía.

Ahora sé dónde podré encontrarla,

a la que todos llamaban...

Al-Andalus.

 Menos coñitas que sí, es Bisbal... pero es un rato bonita. Mira tú por donde... qué bonita es Andalucía.

Mira tú por donde... resignación.

Vigesimosegunda entrada.

 Y me enfrento por las noches a una cama muy vacía 

que la lleno con historias, aventuras y malicia. 

Luego viene tu recuerdo y su canción de despedida, 

y me encuentro noche a noche... en el punto de partida.

      Mira tú por donde... por fin me he dado cuenta de que no vale la pena engañarme. Sólo me queda, resignarme. 

Mira tú por donde... la libertad.

Vigésimoprimera entrada.

                Seis meses de luto y mira tú por donde, de un día para otro, me doy cuenta de que realmente no me haces falta.

¡Magdalena ya está aquí! Y, gracias a Dios, tú también.