Cuarto en curso y un quinto y fin consecuente.
Ha empezado un año nuevo. Sí, porque aunque sea mi cuarto de universidad el pasado fue un año de transición, uno de estos años que marcan un antes y un después en tu ritmo de vida, algo que te hace cambiar, algo que te hace ver las cosas desde otra perspectiva. Ni mejor ni peor, simplemente diferente.
Y si hablamos de un mañana, de un después, de un siguiente, de un luego (puesto que al fin y al cabo todos , pienso yo, nos movemos gracias a unas metas vitales que marcamos y que deseamos superar), la Séneca es mi primera meta. Sí, Madrid, Madrid y más Madrid. ¿No dicen que quien la sigue la consigue?
Dos párrafos atrás declaraba mi punto de ruptura con mi pasado (aunque quien dice punto dice línea continua al cuadrado). Y hay una frase muy inteligente y una película muy sabia y muy bien hecha que nadie se puede perder (añadiré que tiene una fotografía ESPECTACULAR y un acabado reflexivo brillante), que dice lo siguiente:
"Si no se vive el presente no hay nada que augure que el futuro será mejor."
A single man (Un hombre soltero)
Mira tú por dónde... el futuro MOLA.
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